Y TENíAMOS GANAS DE VOLVER A VERLOS

Despierta. El sueño se acabó. Creíamos que nos íbamos a comer todo lo que quedaba, pero ni nos dejan, ni nosotros supimos ganarnos ese merengue. Con esas sobras y nuestro llanto no vamos a ninguna parte. Si por mí hubiera sido nunca más los vería. Pero fue él y ese publicitario que se inventó eso que nos hizo tanta gracia de “qué ganas de volver a veros”. No, no. Ni en pintura. Son blancos, pero creo que son invisibles. Si agujereamos su portería no vale por mucho que demostremos que la tienen adentro. Tan dentro que hasta el hijo más pequeño de la Luna lo sabe, pero no le han enseñado eso que presumen ser. El señorío. Y si alguno de ellos tropieza, por muy fuertes que parezcan entonces son como las hojas de los árboles en otoño. Se caen y ya hemos metido la pata. Y lo peor es que ellos piensan que nos cayó la negra. Perdón, la negreira quería decir, que es como una maldición que nos perseguirá quién sabe hasta cuándo. Y los que tendrían que ser neutrales son los que más los favorecen. Me refiero a esos que antes iban de negro y ahora van de amarillo o de verde. Pero no engañan. Yo los veo blancos, y juro que no soy daltónico. Se lo permiten todo. Pero nosotros también ponemos nuestro granito de arena. Bueno, granito no. Ponemos más que eso. Hay defensas cuyos contratos tendrían que ser cancelados. Pero reconozcamos. Jugamos un Clásico como sin sangre, sin rabia. Ni les tosemos. Ni una patadita y ellos hasta cuando despejan un balón se les nota la mala leche y acaban rompiendo nuestros tobillos frágiles.

Despierta culé, el sueño ha terminado. Bueno, espera. El presi quiere repetir el partido y Xavi dicen que quiere seguir.

2024-04-23T05:16:06Z dg43tfdfdgfd