Cada 14 de febrero, las conversaciones giran en torno a los afrodisíacos que prometen encender la llama de la pasión. Sin embargo, pocos advierten sobre esos alimentos que, lejos de avivar el fuego, lo apagan sin piedad. Cuando planeas una cena romántica, es crucial conocer qué ingredientes deberíamos evitar para no arruinar la velada. Alimentos como el ajo, la cebolla, la coliflor o el brócoli pueden provocar mal aliento, gases o hinchazón. Evitar productos que puedan darnos sueño y aquellos que, por ser demasiado calóricos o copiosos, harían que tuviéramos una digestión difícil. Estos alimentos, a corto plazo, pueden convertir una noche prometedora en un completo fiasco. Sin embargo, hay otros ingredientes que, sin saberlo, conspiran contra el deseo sexual y la libido a largo plazo. Es momento de desenmascarar a esos saboteadores silenciosos que afectan directa y negativamente a nuestra salud sexual.
Las carnes, especialmente las procesadas, son ricas en grasas saturadas y colesterol. Una dieta alta en estos componentes puede afectar negativamente la circulación sanguínea, esencial para la función sexual. La nutricionista estadounidense Cynthia Sass señala en su libro "S.A.S.S! Yourself Slim" que una alimentación basada en carnes pesadas puede generar condiciones que afectan la circulación y la función sexual.
Las comidas procesadas y frituras contienen altos niveles de grasas trans y saturadas, que pueden obstruir las arterias y reducir el flujo sanguíneo hacia los órganos sexuales. Además, se han asociado con un mayor riesgo de diabetes tipo 2, que puede causar problemas de salud sexual en ambos sexos.
Aunque la soja es alabada por sus beneficios nutricionales, su alto contenido en fitoestrógenos podría alterar el equilibrio hormonal. Un estudio de la Universidad de Harvard identificó una asociación entre el consumo elevado de soja y una menor concentración de espermatozoides y causar disfunción eréctil; sin embargo, son necesarias más investigaciones con muestras más amplias y diversas para poder establecer una relación causal directa.
Productos como el helado y ciertos quesos pueden inducir somnolencia y malestar digestivo. Durante el período menstrual, su consumo puede aumentar la hinchazón abdominal, afectando el confort y el deseo sexual.
Aunque una copa puede desinhibir, el consumo excesivo de alcohol deprime el sistema nervioso central, disminuyendo la excitación y la sensibilidad. Puede provocar disfunción eréctil, dificultades para alcanzar el orgasmo o incluso eyaculación precoz.
Edulcorantes como el aspartamo pueden interferir con la producción de serotonina, un neurotransmisor clave en la regulación del estado de ánimo y el deseo sexual. La especialista en nutrición Rachel Fiske advierte que estos edulcorantes pueden afectar negativamente el comportamiento sexual normal.
El consumo de refrescos y otras bebidas azucarada s puede alterar los niveles de glucosa en sangre, afectando la energía y el deseo sexual. Además, su ingesta habitual se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, que puede causar problemas de salud sexual.
Aunque el café puede tener efectos estimulantes, su consumo excesivo puede alterar los niveles de cortisol, una hormona que influye directamente en la libido. Se ha demostrado que el cortisol y la testosterona tienen una relación inversa. Este estudio científico, publicado en la revista Stress en 2023, apunta como el estrés agudo y prolongado puede influir en las concentraciones de cortisol y testosterona en hombres sanos.
Una dieta alta en sal puede elevar la presión arterial y reducir el flujo sanguíneo hacia los órganos sexuales, afectando la capacidad de excitación y rendimiento. Es recomendable moderar el consumo de alimentos procesados y optar por opciones más saludables.
El consumo excesivo de azúcares refinados puede provocar desequilibrios en los niveles de insulina, lo que puede afectar la producción de hormonas sexuales y disminuir la libido. Además, una dieta alta en azúcares se ha relacionado con un mayor riesgo de obesidad y diabetes, condiciones que pueden afectar negativamente la salud sexual.
Esto es lo que no deberías cocinar en una cena romántica