El colecho es una práctica milenaria muy común en la crianza de los hijos. Sin embargo, es objeto de debate y controversia en para los padres actuales o primerizos.
El colecho se trata de dormir con un bebé en la misma cama, pero ¿sabés si es seguro hacerlo? ¿Tenés idea de cuáles son los beneficios y los riesgos asociados con esta práctica?
Desde la elección de una cama adecuada hasta la consideración de la privacidad y autonomía del niño, conocé las claves de esta práctica según la información que brinda un artículo del sitio web guiainfantil.com.
El colecho tiene múltiples beneficios, entre los que se destacan los siguientes:
La cama debe ser amplia y cómoda para garantizar el descanso del bebé y de los padres.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que las camas que han sido utilizadas durante mucho tiempo y que han adoptado la forma del cuerpo de quienes duermen en ellas pueden no ser las más adecuadas para el colecho.
Por eso, es indispensable tener un colchón firme y ajustado para proporcionar el soporte necesario.
Existe la posibilidad de que los padres o elementos como mantas y almohadas sueltas puedan obstruir la vía respiratoria del niño durante el sueño, aumentando el riesgo de asfixia.
Además, si no se toman las precauciones adecuadas, existe el peligro de que el bebé pueda caerse de la cama, lo que podría resultar en lesiones graves.
El colecho prolongado puede dificultar el proceso de autonomía, ya que el niño puede volverse dependiente de la presencia constante de sus padres para conciliar el sueño.
Esto puede generar dificultades para que el niño se acostumbre a dormir solo y pueda desarrollar hábitos de sueño saludables a medida que crece. Es importante equilibrar la cercanía y el apego con la necesidad de fomentar la independencia.
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