La caminata consciente, también conocida como "caminata afgana", ganó popularidad como una práctica que promueve la actividad física y busca mejorar la concentración y reducir el estrés.
Originaria de Afganistán, esta técnica fue adoptada por personas de todo el mundo en busca de bienestar integral.
¿Qué la hace tan especial? Además de oxigenar células y tejidos, esta forma de caminar enfoca la atención en la respiración, lo que potencia sus efectos beneficiosos.
La caminata consciente no solo implica el simple acto de mover las piernas, esta va más allá al integrar la respiración de manera coordinada. Esta práctica busca eliminar la tensión entre la respiración y la resistencia muscular, permitiendo que ambos sistemas trabajen en armonía.
Cuando no respiramos adecuadamente durante la caminata, la musculatura respiratoria se fatiga más rápido que los músculos de las piernas, especialmente en caminatas de larga duración y ritmo constante, reveló un artículo del portal Saber Vivir.
La clave está en sincronizar la entrada y salida de aire con cada paso. Para facilitar esta sincronización, es recomendable realizar ejercicios de calentamiento respiratorio antes de comenzar la caminata.
La esencia de la caminata consciente radica en la sincronización de la respiración con el movimiento, siguiendo un patrón de 8 tiempos.
En los primeros días de práctica, es clave minimizar las distracciones y concentrarse plenamente en la respiración y su sincronización con el ritmo de la caminata. Por esta razón, la elección de la ruta adquiere una importancia especial.
La práctica de la "caminata consciente o afgana" ofrece una variedad de beneficios tanto físicos como mentales, que van más allá de la simple actividad física.
Al sincronizar la respiración con el movimiento, se logran mejoras significativas en la salud y el rendimiento deportivo, al permitir que el corazón y los pulmones trabajen de manera coordinada.
Ajustar la respiración al ritmo de los pasos permite caminar durante períodos más prolongados sin experimentar fatiga, lo cual es especialmente beneficioso para la salud cardiovascular.
La práctica constante de la caminata consciente puede contribuir a mejorar el control de la glucosa, los niveles de colesterol y la presión arterial, entre otros parámetros de salud.
La sincronización de la respiración con el movimiento estimula el paso de la sangre por venas y arterias, mejorando así la circulación sanguínea en todo el cuerpo.
Fortalece las válvulas de las piernas, lo cual ayuda a prevenir o reducir la aparición de varices al mejorar el retorno venoso al corazón.
La práctica de la respiración consciente durante la caminata puede contribuir a mejorar la concentración y la paciencia, además de ayudar a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y la presión arterial.
Al promover una respiración más lenta y profunda, se favorece un estado de bienestar y calma mental, lo cual puede ayudar a combatir la ansiedad y el estrés cotidiano.
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La combinación de ejercicio físico con una respiración calmada y profunda durante la caminata puede contribuir a regular hormonas como el cortisol, favoreciendo un estado de relajación y un mayor foco mental.
Esta sincronía entre ejercicio y respiración puede mejorar la función metabólica, volviendo al organismo más eficiente y favoreciendo la pérdida de peso y el funcionamiento adecuado de sistemas importantes como la digestión.