El café de achicoria es una infusión obtenida a partir de la raíz tostada y triturada de la planta conocida como Cichorium Intybus.
En los últimos años, esta alternativa más económica que el café tradicional ha ganado popularidad no solo por su sabor particular, sino también por sus posibles beneficios para la salud.
Si bien su consumo se remonta a épocas antiguas, hoy en día esta bebida ancestral despierta interés por sus propiedades que podrían ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares.
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La achicoria, una planta herbácea comúnmente encontrada en praderas, campos y márgenes de caminos, presenta una composición fitoquímica notable.
Entre sus componentes se destacan una variedad de ácidos orgánicos, incluyendo ácido ascórbico, chicorésico, clorogénico, isoclorogénico, linoleico, -linoleico, esteárico, mirístico y palmítico.
Además, sus hojas contienen una gama de aminoácidos fundamentales como treonina, arginina, triptófano, lisina y valina, además de minerales vitales como potasio, fósforo, calcio, hierro y magnesio. Asimismo, son ricas en polisacáridos como inulina y levulosa.
El café de achicoria, además de carecer de cafeína, se destaca como un aliado excepcional para la salud. Su rico contenido en inulina, una fibra soluble, desempeña un papel crucial al unirse con el colesterol LDL, comúnmente conocido como "colesterol malo", facilitando así su eliminación a través del intestino.
Por su parte, los compuestos bioactivos, como la inulina y los polifenoles, protegen el endotelio, la capa interna de los vasos sanguíneos, contra el estrés oxidativo.
Un endotelio saludable promueve una circulación sanguínea, lo que conlleva a una reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Otro beneficio radica en la capacidad de la achicoria para regular la presión arterial. De esta manera, gracias a su contenido en potasio contribuye a la dilatación de los vasos sanguíneos y a la reducción de la hipertensión.