¿Es posible frenar el reloj biológico de la piel? A lo largo de los años, numerosas investigaciones científicas buscaron la fórmula para mantener la juventud cutánea, con resultados variados, pero sin dar con la clave contra el envejecimiento.
Recientemente, dos investigaciones dieron con un hallazgo revelador que promete ser el eslabón perdido en la prevención del envejecimiento de la piel. ¿Querés saber cómo cuidar verdaderamente la salud de tu cuerpo y tu imagen?
En este artículo, desglosaremos los detalles de estas investigaciones científicas y exploraremos cómo su aplicación podría cambiar nuestra forma de tratar y pensar el envejecimiento cutáneo.
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Desde la década de 1970, la ciencia ha avanzado en la comprensión de cómo la desregulación de los ritmos circadianos puede impactar negativamente a nivel celular en el cuerpo humano.
Esta sincronización es esencial para adaptar las vías metabólicas al entorno externo, pero también afecta funciones orgánicas vitales como el sueño y el metabolismo alimentario.
Ambos estudios tuvieron en cuenta este ritmo circadiano o reloj circadiano para encontrar la respuesta al envejecimiento de la piel. Pero, ¿qué son los ritmos circadianos?
Según explican desde Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH en su sigla en inglés), los ritmos circadianos son ciclos naturales que regulan las fluctuaciones en las funciones físicas y mentales que ocurren a lo largo del día. Estos ciclos, que duran aproximadamente 24 horas, son gestionados por el reloj biológico ubicado en el hipotálamo del cerebro.
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Este reloj central responde a estímulos de luz y oscuridad, afectando procesos como la producción de melatonina por la glándula pineal, la cual regula el sueño.
Cuando hay luz, la producción de melatonina se detiene, ayudando al cuerpo a mantenerse despierto, y aumenta al oscurecer, facilitando el sueño.
Los ritmos circadianos también influyen en la temperatura corporal y la presión arterial durante el ciclo sueño/vigilia.
La investigación en el ICREA del IRB de Barcelona (publicado en la revista Science), ha profundizado en cómo la interacción entre el reloj central cerebral y los relojes circadianos periféricos es vital para su correcto funcionamiento y para prevenir su envejecimiento.
El estudio, liderado por Aznar Benitah y Muñoz-Cánoves demostró la importancia de una adecuada sincronización circadiana para la salud de tejidos como la piel y los músculos.
Insights clave del estudio:
El segundo estudio, del Departamento de Medicina y Ciencias de la Vida de la Universidad Pompeu Fabra (publicado en la revista Cell Stem Cell), destaca cómo el reloj circadiano de la piel coordina sus funciones diarias, adaptando las señales del reloj central según sus necesidades.
Insights clave del estudio: