UN ESTUDIO CIENTíFICO REVELó CóMO LA ACTIVIDAD FíSICA IMPACTA EN LA ACTIVIDAD CEREBRAL Y EL ESTRéS DE LAS PERSONAS
Un reciente estudio del Hospital General de Massachusetts (MGH) dirigido por el cardiólogo Ahmed Tawakol investigó qué tan beneficiosa puede ser la actividad física para el cerebro y los niveles de estrés de una persona.
Para esto se puso especial atención en cómo el ejercicio interviene en los procesos cerebrales, especialmente en aquellos individuos que sufren de condiciones de salud mental como la depresión.
Con más de 50 mil participantes del Biobanco General Brigham de Massachusetts involucrados en el estudio, los resultados ofrecen una perspectiva amplia sobre el tema. ¿Podría entonces el ejercicio regular ser una clave para mitigar el estrés y mejorar nuestra salud mental y física?
La influencia del ejercicio en la salud cardiovascular y cerebral
Durante el seguimiento de 10 años del estudio realizado por investigadores del MGH, se observaron hallazgos significativos en las personas que realizaron actividades físicas diarias.
A continuación podrás ver qué descubrieron los investigadores del MGH sobre la influencia del ejercicio físico en la salud mental y cardiovascular:
- Reducción del riesgo cardiovascular: un 12,9% de los participantes desarrolló alguna forma de enfermedad cardiovascular. Los que seguían las recomendaciones de actividad física mostraron un riesgo 23% menor de sufrir problemas cardíacos en comparación con aquellos que no seguían estas recomendaciones.
- Menor actividad cerebral relacionada con el estrés: los participantes más activos tendían a mostrar niveles más bajos de actividad cerebral asociada al estrés, lo que indica un efecto positivo del ejercicio regular.
- Mejoras en la corteza prefrontal: se observaron mejoras significativas en la función de la corteza prefrontal, una región cerebral implicada en la toma de decisiones y el control de impulsos, que también ayuda a regular los centros de estrés del cerebro.
- Beneficios dobles para personas con depresión: los beneficios cardiovasculares del ejercicio resultaron ser aproximadamente el doble de efectivos en participantes con depresión preexistente, enfatizando la relevancia del ejercicio para este grupo particular.
El Dr. Ahmed Tawakol, líder del estudio, señaló que los efectos del ejercicio sobre la actividad cerebral relacionada con el estrés podrían explicar estas observaciones, destacando la importancia del ejercicio como un medio para mejorar la salud física y también su potencial impacto en la salud mental.
El impacto positivo del ejercicio en la depresión y la ansiedad
Cuando enfrentamos depresión o ansiedad, iniciar una rutina de ejercicio puede parecer un desafío monumental. No obstante, los beneficios de incorporar el ejercicio en nuestras vidas pueden ser significativos y de largo alcance, según aclara Mayo Clinic.
Aquí se detallan algunas de las maneras en que la actividad física puede marcar la diferencia en nuestro bienestar mental y físico:
- Liberación de endorfinas: al ejercitarse, el cuerpo libera endorfinas, conocidas como las hormonas del bienestar, que pueden mejorar notablemente nuestra sensación general de felicidad.
- Distracción positiva: el ejercicio proporciona una distracción saludable, permitiéndonos salir de los ciclos de pensamientos negativos que alimentan la depresión y la ansiedad.
- Incremento de la confianza: Lograr pequeñas metas en el ejercicio puede aumentar significativamente la autoestima y mejorar la percepción que tenemos sobre nuestra imagen corporal.
- Promoción de la socialización: participar en actividades físicas, especialmente en grupos, puede fomentar interacciones sociales que potencian nuestro estado de ánimo y nos ofrecen apoyo emocional.
- Manejo saludable de problemas: el ejercicio es una forma efectiva de enfrentar situaciones de estrés, ansiedad o depresión, ofreciendo una alternativa saludable a comportamientos negativos como el consumo de alcohol o el aislamiento social.
No es necesario adherirse a un programa estricto de ejercicios para obtener estos beneficios. Actividades cotidianas como caminar, jardinería, o incluso lavar el auto, pueden ser suficientes para mejorar el ánimo y la salud mental.
Lo importante es moverse y encontrar placer en las actividades elegidas:
- Integración de actividad física en la rutina diaria: considera la posibilidad de subir escaleras en lugar de tomar el ascensor, estacionar más lejos de tu destino para caminar más, o ir en bicicleta al trabajo si es posible.
- Establecimiento de objetivos realistas: según las pautas del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE. UU., se recomienda realizar al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada a la semana, o 75 minutos si la actividad es más intensa. Esto puede dividirse en períodos cortos de 10 a 15 minutos a lo largo del día.
Además de mejorar los síntomas de depresión y ansiedad a corto plazo, el ejercicio regular también promueve mejoras duraderas en la salud mental cuando se mantiene a largo plazo.
La clave está en encontrar y continuar realizando actividades que disfrutes, fomentando así un ciclo positivo de bienestar mental y físico.
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