Un estudio científico reciente dio con un hallazgo sorprendente: realizar tan solo 15 minutos de ejercicio diario puede tener un impacto significativo en la fortaleza de nuestro sistema inmunológico.
Esta revelación podría cambiar la forma en que entendemos el papel del ejercicio en la salud, ofreciendo una solución efectiva para fortalecer nuestras defensas naturales contra enfermedades.
Una nueva investigación, presentada en la Cumbre Americana de Fisiología en Long Beach, California, revela que 15 minutos de ejercicio pueden mejorar significativamente la función inmunológica.
Este estudio, que aún no fue publicado en una revista revisada por pares, según el sitio especializado Healthline, encontró que breves ráfagas de actividad física aumentan la producción de células asesinas naturales (NK), un tipo de glóbulo blanco crucial para combatir las células infectadas y cancerosas en el cuerpo.
Estos resultados no son sorprendentes, ya que otros estudios han demostrado previamente una relación entre el ejercicio y niveles más altos de células NK en la sangre. Además, se observa que el número de estas células aumenta poco después de realizar actividad física.
Michael Fredericson, MD, profesor de Medicina Física y Rehabilitación en Stanford Medicine, comentó sobre estos nuevos resultados, destacando que incluso sesiones cortas de ejercicio son suficientes para activar el sistema inmunológico y aumentar la presencia de estas células.
Las células NK, como explicó Fredericson, están constantemente vigilando las células malignas.
Durante y después del ejercicio, la temperatura corporal aumenta, lo que puede dificultar la supervivencia de bacterias y virus, similar a lo que ocurre con la fiebre.
La actividad física también reduce el estrés, lo que a su vez puede proteger contra enfermedades al disminuir la inflamación crónica que afecta la capacidad del cuerpo para combatir infecciones.
Además, el ejercicio mejora la calidad y duración del sueño, lo que es fundamental para una función inmunológica óptima, y alivia los efectos nocivos de los radicales libres y el estrés oxidativo, ambos contribuyentes a enfermedades crónicas.
Por otra parte, los investigadores señalan que incluso ráfagas cortas de ejercicio de intensidad moderada pueden ofrecer grandes beneficios para la salud:
Fredericson destaca la importancia de encontrar actividades físicas que disfrutes y puedas realizar regularmente, como caminar, bailar, jugar tenis o andar en bicicleta. El objetivo es sentirse desafiado sin llegar al agotamiento completo.
Sin embargo, es clave evitar episodios prolongados de ejercicio intenso, ya que pueden suprimir el sistema inmunológico. Es necesario incorporar descanso y recuperación adecuados en los programas de ejercicio para mantener una salud óptima.