Un reciente estudio de la Universidad de Chicago confirmó lo que muchos sospechaban: a algunas personas las matemáticas les generan un nivel de ansiedad tan alto, que el cerebro lo percibe como un verdadero dolor físico.
Esta investigación, realizada con adultos que sentían alto rechazo hacia los números, mostró que ciertas áreas cerebrales vinculadas al dolor y la amenaza se activaban antes de resolver un ejercicio. El miedo aparece incluso antes del problema en sí.
Los científicos detectaron que este "dolor matemático" se relaciona con la ansiedad previa, no con el momento de hacer cuentas. Según Ian Lyons, uno de los investigadores: "No hay nada dañino en una hoja con números. El miedo es puramente psicológico."
Este tipo de ansiedad, aseguran, bloquea nuestras capacidades cognitivas. Por eso, incluso una operación simple puede convertirse en un desafío si hay temor de por medio.
Uno de los grandes mitos en la educación es que las matemáticas "son solo para genios". Pero, según especialistas como Gerardo Ramírez, eso no es más que un estereotipo cultural: "Nos hicieron creer que si no nacés con talento, mejor ni lo intentes."
Desde chicos, muchos internalizan esta idea: que es normal no entender, que "a todos nos cuesta", y que tener malas notas en esta materia es algo que le ocurre a la mayoría. Eso refuerza el miedo y el desapego.
Erin Maloney, investigadora del tema, destaca que el prejuicio de que los varones son mejores en matemáticas también impacta.
Las niñas desarrollan más ansiedad y menos confianza. Sin embargo, estudios globales muestran que esta diferencia desaparece en países con mayor igualdad de género.
Hay esperanza. Un simple ejercicio de escritura emocional antes de una prueba puede mejorar el rendimiento. También se recomiendan métodos más lúdicos, como el uso de juegos, materiales manipulativos y trabajo colaborativo en el aula.
Según Horacio Itzcovich, especialista en didáctica: "Resolver problemas, preguntar cómo pensó cada uno, usar el juego... eso es enseñar matemáticas."
Docentes de distintas provincias coinciden: la pandemia cambió las reglas. La revinculación pedagógica fue clave y los desafíos persisten. Hablan de aulas superpobladas, poco acceso a libros y falta de tiempo para planificar.
También destacan que la matemática no puede enseñarse como hace 30 años. Necesita diálogo, exploración y vínculo con lo cotidiano. "Hay que motivar, no repetir. Que cada chico entienda lo que hace, no que memorice sin sentido."
Expertos en neurociencia y lingüística, como Aldo Ferreres y Valeria Abusamra, remarcan que la comprensión lectora también atraviesa las matemáticas.
Leer bien no es solo leer en voz alta, sino entender, relacionar, construir sentido "Hoy hay chicos que llegan a la universidad sin comprender lo que leen", alertan.
Sí, pero necesitamos cambiar cómo las enseñamos. Más juego, más comprensión, menos miedo. Y sobre todo, derribar los prejuicios que bloquean el aprendizaje. Porque, como dicen los expertos, nadie nace odiando los números.
2025-06-09T18:22:26Z