Te queremos proponer un gran ejercicio de autoconocimiento, se llama: preguntas que duelen pero que debo de hacerme a mí misma, ¿te atreves a intentarlo?
Generalmente solemos evitar todo aquello que nos cause dolor o incomodidad, pero el hacerlo con nuestras propias emociones puede ser uno de los mayores errores que podemos cometer en la vida. Descubre por qué el confrontarte a ti misma te ayudará a conocer tu mejor versión.
El miedo que sentimos al mostrar nuestra vulnerabilidad nos hace creer que al abordar ese lado de nosotras abrirá la caja de Pandora de inseguridades y debilidades, pero en realidad es todo lo contrario. Al afrontar nuestros mayores demonios podemos trabajar en ellos de forma más efectiva, ya que, de no hacerlo y solo evadirlos, eso que tanto queremos ocultar se hará cada vez más grande en nuestro interior, hasta que en algún punto… explote.
Te invitamos a ver este ejercicio como una gran oportunidad de tener una mejor salud mental y emocional, o sea, que al sacar esos sentimientos o ideas que tanto reprimes, podrás eliminarlos de tu sistema de forma asertiva.
Este ejercicio, que es sumamente recomendado por expertos en salud mental, fue inventado por el psicólogo y filósofo alemán Wilhelm Wundt, quien, por cierto, es considerado el padre de la psicología científica. De acuerdo con su teoría, el hacernos preguntas dolorosas nos facilita el poder profundizar en nuestros pensamientos, emociones y reacciones al mundo que nos rodea.
La recomendación para trabajar de forma correcta con estas preguntas que duelen es de dos formas, una es escribiéndolas en un diario personal para así ver materializados tus sentimientos, y la segunda forma para complementar este ejercicio de introspección es haciéndote estas preguntas en voz alta y respondiéndolas de la misma forma, verás cómo al hacerlo podrás conocerte mucho mejor, y tomar esas debilidades para transformarlas en fortalezas.