Cuando llevamos un estilo de vida sedentario y una dieta poco saludable, muchas veces nos empeñamos en hacer pequeños cambios para intentar mejorar nuestra salud. Es común que las personas con obesidad o sobrepeso incluyan refrescos en sus comidas. Al someterse a una dieta para perder peso, muchos optan por sustituir los refrescos normales por aquellos que son sin azúcar. Pero, ¿realmente son una buena opción para mantener o bajar de peso? A continuación, exploramos esta pregunta y los posibles efectos de estas bebidas.
Según esta investigación, no importa demasiado si los refrescos son con azúcar, light o sin azúcar; el problema radica en que el consumo de bebidas edulcoradas favorece la aparición de obesidad y sobrepeso.
Este tipo de bebidas contienen una alta cantidad de edulcorantes artificiales que son utilizados como sustituto del azúcar. Sin embargo, en ningún momento se ha comprobado que aporten mejores beneficios que el agua a la hora de cuidar nuestro peso o regular la glucosa en sangre. Por supuesto, no deberíamos sustituir el consumo de agua por refrescos para mantenernos hidratados.
Existen varias razones para dejar de consumir refrescos sin azúcar a pesar de que no contengan calorías. Aquí las detallamos:
El problema no se encuentra únicamente en el contenido calórico de las bebidas, sino en cómo afectan estas sustancias a nuestro organismo de forma indirecta.
La investigación en la relación entre los refrescos sin azúcar y el aumento de peso es creciente y diversificada. Algunos estudios, como el Sugar and artificially sweetened beverages linked to obesity: a systematic review and meta-analysis, han demostrado una asociación clara entre el consumo de refrescos, ya sean con azúcar o sin azúcar, y el padecimiento de obesidad.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que este estudio no separa adecuadamente el consumo de refrescos azucarados de los que no tienen azúcar. Los resultados indican que el consumo de refrescos, sea cual sea su tipo, es mayor en personas con sobrepeso u obesidad.
Adicionalmente, otros estudios sugieren que las bebidas sin azúcar podrían no solo elevar el riesgo de ser obeso, sino que también podrían aumentar la posibilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, no se ha identificado un mecanismo claro que explique esta correlación.
Estudios recientes han establecido vínculos entre el consumo de bebidas sin azúcar y una mayor cantidad de grasa abdominal, señalando que estas podrían no ser efectivas como medidas para controlar el peso.
A pesar de que las bebidas sin azúcar no engordan por sí mismas, se ha observado que están asociadas a hábitos de vida poco saludables.
Es bastante común que las personas piensen que al elegir un refresco sin azúcar, están ahorrando calorías que pueden utilizar para comer más alimentos calóricos. Este tipo de pensamiento es un error, ya que muchas veces acompañar una hamburguesa con patatas fritas con una bebida light no sirve de nada. Para profundizar sobre el impacto de las bebidas light, puedes leer sobre el análisis de los refrescos light.
Como se ha mencionado anteriormente, los refrescos sin azúcar pueden disparar la sensación de hambre. En algunos estudios, el consumo de sucralosa provoca un aumento en la secreción de insulina sin el correspondiente aumento de glucosa en sangre, lo que lleva a un aumento del apetito.
Los alimentos muy dulces, independientemente de si aportan calorías o no, pueden activar áreas del cerebro relacionadas con el placer y la recompensa. Esto puede llevar a una adicción a sabores intensos, creando un deseo por consumir más alimentos azucarados.
La creciente preocupación por el consumo de edulcorantes artificiales ha llevado a un mayor interés en el impacto que tienen estos sobre la salud, especialmente en personas que luchan contra la obesidad. Esto incluye la búsqueda de alternativas más saludables que no comprometan el bienestar general. Si deseas explorar más sobre cómo prevenir la obesidad y mantener hábitos saludables, visita este artículo sobre prevención de la obesidad.
Si el objetivo es adelgazar, la lógica podría sugerir que sustituir los refrescos azucarados por los sin azúcar es un primer paso. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que, aunque en cantidades moderadas, estas últimas podrían ser seguras, su consumo habitual no colaboraría en el control del peso debido a sus posibles efectos adversos.
La ganancia de peso es un proceso complejo que no puede atribuirse a un solo grupo de alimentos o productos, ni exclusivamente al azúcar. La bebida principal debe ser siempre agua, tanto durante las comidas como en el día a día.
¿Y si alguna vez deseas un refresco? En ocasiones, sí podría ser viable elegir refrescos light, siempre que se consuman de manera ocasional, ya que, en pequeñas cantidades, no se habrían hallado efectos negativos importantes.
La elección entre refrescos con azúcar y sin azúcar no es sencilla, y los estudios muestran que ambos tipos pueden estar vinculados con la obesidad. La clave está en equilibrar la dieta y mantener un estilo de vida saludable que priorice el consumo de agua y otros alimentos nutritivos.
2025-03-13T03:39:38Z