Caminar descalzo genera controversias ya que muchas personas piensan que es una práctica beneficiosa para la salud mientras que otras opinan que no lo es.
Por esta razón, numerosos estudios científicos demostraron que andar descalzo sobre diferentes superficies, ya sea arena, tierra, césped, ayuda al desarrollo muscular y a la percepción de los movimientos y de la posición del cuerpo, principalmente en los niños que están aprendiendo a caminar.
Sin embargo, la higiene y la hidratación de los pies serán aspectos fundamentales a tener en cuenta ya que estarán expuestos a más suciedad y ciertos sitios podrían resecar la piel.
En caso de tener el pie diabético, también habrá que controlar en qué lugares se camina descalzo ya que la diabetes aumenta el riesgo de sufrir cortes e infección en la zona.
En definitiva, este hábito produce muchos efectos positivos en el organismo y se debe realizar en lugares limpios y seguros. Descubre en este artículo cuáles son los beneficios de caminar descalzo.
Caminar descalzo es bueno para la salud de las personas, especialmente para las edades tempranas, pero lo cierto es que pocas veces se recurre a esta práctica ya sea por precaución para evitar lastimarse los pies, ensuciarse o atraer algún virus que genera una enfermedad.
Sin embargo, andar sin zapatos en sitios seguros brinda beneficios para todo el cuerpo. A continuación, te contamos cuáles son y por qué es importante implementar este hábito:
- Estimula la musculatura del pie
- Mejora el sistema linfático y la circulación sanguínea
- Favorece la estructura anatómica y el desarrollo cognitivo de los bebés
- Reduce el dolor de espalda y fortalece músculos y ligamentos
- Ayuda a liberar el estrés
Andar descalzo es beneficioso para los pies y el cuerpo en general, pero se debe tener en cuenta el lugar y la temperatura del mismo para evitar complicaciones en la salud.
Pisar un suelo frío, por ejemplo, genera una reacción automática en el organismo y este responde con el estrechamiento de los vasos sanguíneos como defensa para mantener el calor corporal. Sin embargo, el cuerpo pierde protección frente a los virus y estos ingresan más fácilmente a través de la nariz y la garganta.
Estas partículas víricas se encuentran suspendidas en el aire tras desprenderse de otra persona que tuvo síntomas como tos o estornudo debido a un cuadro gripal, y de esta manera se produce el contagio.
Por lo tanto, andar descalzo sobre una superficie fría puede provocar resfriados porque se contraen los vasos por donde circula la sangre y disminuyen las defensas que protegen de enfermedades virales.
Caminar descalzos sobre el pasto, tierra o arena es una práctica llamada grounding o earthing, que significa “tomar de la tierra” y consiste en absorber su energía.
Para que se entienda mejor su concepto, el cuerpo humano genera intercambios de cargas eléctricas constantemente y así es como se producen iones positivos, llamados electrolitos.
Lo cierto es que también necesita electrones negativos para mantener su equilibrio y esto se consigue cuando andamos descalzos sobre la tierra ya que esta es una gran productora de energía electromagnética.
Además, varias investigaciones demostraron que hacer grounding produce múltiples beneficios para la salud: reduce el estrés y la ansiedad, mejora la circulación , fortalece nuestro sistema autoinmune y es antiinflamatorio y analgésico.
Pisar la tierra también ayuda a conectar con el presente, el aquí y ahora, y bajar las tensiones de la rutina diaria.
Si te preguntas cuánto tiempo se debe caminar sobre la tierra. Pues bien, un estudio publicado en el Journal of Environmental and Public Health señala que andar durante treinta minutos al día es más que suficiente. Y si se logra durante dos meses ayudará a reducir la inflamación y el estrés oxidativo en el cuerpo.