LA RECETA DE PENéLOPE CRUZ PARA ESTAR ESPLéNDIDA A LOS 50 NO TIENE NADA QUE VER CON DIETA NI EJERCICIO

Penélope Cruz es un modelo de madurez brillante, pero no por lo que come y qué ejercicio hace. Aunque ayuda, evidentemente, hay otras pautas de bienestar de la actriz para copiar más interesantes..

En febrero de 2024, René Pérez Joglar, más conocido como Residente, le pidió a Penélope Cruz que participara en el videoclip de 313, su último tema. Se trata de un homenaje a la vida que el puertorriqueño dedica a Valentina Gasparini su amiga violinista fallecida. "Somos como un rollito de hilo que se desamarra, que se desprende/ Un cordón que se desliga para descubrir el día con los ojos despiertos/ Nacemos y aprendemos a ser hijos del tiempo /Así como los caracoles aprenden a ser de las cerillas/ Aprendimos a correr junto a los segundos que son interminables/ Porque seguirán estando cuando no estemos/ Nada se detiene", arranca el tema en la voz de Penélope Cruz, que recita unos versos emocionantes sobre el significado de la vida y el tiempo.

Hay muy buena relación entre el artista latino y la actriz española. Sin embargo, no creemos que la elección de la intérprete para el videoclip haya sido solamente una cuestión de afinidad. Penélope Cruz tiene una visión de la vida que muchas mujeres deberíamos adoptar, especialmente al llegar a la madurez. Y es que la madrileña tiene esa alabada serenidad que tanto cuesta encontrar a lo largo de la vida. Por ello, hoy queremos poner el foco en los mensajes que difunde la actriz en cada oportunidad que se le presenta, porque pueden ayudar a encontrar ese camino de plenitud que facilite el resto de la vida. Al fin y al cabo, ¿el crecimiento no va de eso? ¿De ser felices y disfrutar del viaje?

La serenidad de Penélope Cruz

Entrando en una nueva década, Penélope Cruz se ha visto obligada a dar respuesta a la pregunta de cómo afronta el paso del tiempo. Haciendo caso omiso a esa presión absurda que se hace más latente en el caso de las mujeres a los 50, la actriz tiene claro que el discurso es sencillo. Su única referencia es optimista, dice que simplemente saca partido a cada nueva década sin hacer comparativas odiosas del tipo: "Antes estaba mejor". Penélope Cruz simplemente se centra en los beneficios del camino recorrido, se regodea en el sentirse bien consigo misma, y obtiene un crédito extraordinario al conocimiento sobre ella misma. Explorar la seguridad que aporta saber qué quieres después de tantas y tantas experiencias vitales, un mensaje diametralmente opuesto al que suele asociarse al edadismo, donde aparece siempre el lamento por no haber aprovechado de otra manera el tiempo.

Es intensa, si. Sufre y se preocupa por lo que pueda ocurrirle a ella y su familia, por supuesto. Recurre a terapia, si se tercia. ¿Por qué no? La clave está en aprender a gestionarse para hacerse la vida fácil, una receta que se puede conseguir, tal como ella ha logrado, simplemente escuchándote a ti misma. "Pasamos toda una vida preocupadas por lo demás: el hogar, los niños, el trabajo, la pareja... La madurez es el tiempo de prestarnos más atención a nosotras mismas", recomienda Sylvia de Béjar, escritora y coach femenina.

Llegar a los 50 como Penélope Cruz

Algo debe tener esta cifra redonda para las mujeres que, al llegar, nos permite hacer un repaso mental con una calma extraordinaria. O, al menos, es el modelo que demuestra Penélope Cruz con sus declaraciones. Según la actriz madrileña, el presente es la raíz de su existencia, lo que otorga al pasado un papel de aprendizaje para resolver dudas existenciales. Por supuesto, aún quedan asuntos por resolver, pero vive la incertidumbre desde la consistencia del presente. Todo lo vivido hasta el momento ha formado parte de la instrucción de Penélope Cruz, incluso las visitas diarias a la peluquería donde trabajaba su madre. Al salir del colegio, ella y su hermana acudían allí y tomaban nota de los mejores trucos de belleza mientras, de fondo, en su subconsciente, se grababa la necesidad de cada clienta de escapar de sus responsabilidades para tener un tiempo para ellas mismas.

Para Penélope Cruz, ese tiempo de autocuidado ha traspasado las líneas de lo evidente. Claro que se hace tratamientos de belleza y por supuesto que hace ejercicio, pero no debemos caer en el error de considerar ese tipo de acciones en las únicas de autocuidado. Un libro, una película o cualquier otra forma artística que le apasione le ayuda mucho más en su crecimiento personal que la alimentación del ego al que la cultura de la imagen nos ha acostumbrado. Penélope Cruz se ofrece tiempo a sí misma cultivando aquellas áreas que le apasionan.

Vivir en paz para alcanzar el bienestar

Sin dejar de lado nunca a su familia, fundamental en su existencia como puede ser el círculo más íntimo para cualquier otra persona, el trabajo de Penélope Cruz le ha dado muchas alegrías, pero eso no significa que la felicidad se haya erigido en su éxito como profesional. Ella misma reconoce que pensar en los premios no le hace ser más feliz, por lo que deberíamos descartar la idea de que su éxito le haya facilitado la vida. Primero, porque no tenemos la certeza de que su camino haya sido tan fácil como aparenta la fama. No sabemos cómo ha vivido cada paso en su camino ni qué emociones han ido apareciendo. Que haya podido disfrutar de ciertas comodidades no significa que haya sido más feliz.

El juicio ajeno es un peligroso atentado contra nuestro bienestar que nos altera y no aporta ningún beneficio. Saca lo peor que llevamos dentro y no nos ayuda a ser más felices, por lo que deberíamos desterrarlo de nuestras prácticas. Ceñirnos al ejemplo de lo que nos interesa para aumentar nuestro bienestar es mucho más rentable. Y si bien es cierto que cada cual puede haber tenido condiciones y experiencias más o menos favorables en su vida, hacer que cada una de ellas cuente como una enseñanza es clave para alcanzar la serenidad que a sus 50 presume Penélope Cruz.

"Todo lo que empieza, en algún momento deja de existir/ Por eso hay que vivir sin perdernos nada/ Desvelados sin pestañear/ Así como las ventanas se desvelan para recibir al sol/ Hasta que el corazón explote/ Hasta que nos tengan que sacar de la fiesta/ Hasta que se nos olvide que las cosas se acaban/ Para que nunca sea siempre/ Para que seamos infinitos", termina de recitar Penélope Cruz antes de que Residente tome el relevo en 313. Un canto a la vida que viene a simplificar el mensaje más efectivo cuando buscas la felicidad: vive el presente y disfruta. Gracias a todas las personas que lo hacen obvio, como tú, Penélope.

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